domingo, 31 de mayo de 2009

Antonio Tapia no tiene quien le escriba


En el verano de 1519, Hernán Cortés, no paraba de pensar en Cempoala, si debía atreverse con el Imperio Azteca o regresar a Cuba. La primera opción significaba atreverse con lo desconocido y difícil, la segunda era mucha más conservadora. Su capitán Pedro Alvarado y sus hermanos, vivían muy a gusto en ese territorio mexicano. A diario llegaban hasta ellos farautes de Moctezuma con hileras de tamemes cargados de gallinas, maíz, verduras frescas, piaras de puercos y presentes de oro y plata. El tesorero real, Alonso de Ávila, echaba cuentas y discurría que, de seguir así, en poco más de medio año podrían regresar a Cuba con un montante de riquezas inigualado hasta entonces por otros conquistadores españoles.

El gran conquistador extremeño pensó que si tales riquezas les traían los criados de Moctezuma, qué tesoros no guardaría en sus palacios. Ambicionando la conquista del Imperio Azteca, tomó la firme decisión de quemar sus navíos, que les aguardaban en la segura bahía de Veracruz. Se sirvió del piloto Gonzalo de Umbría y del alguacil mayor de Veracruz, Juan de Escalante, para realizar su golpe maestro. Tras concluir el arriesgado plan, todos sus soldados y oficiales sólo pensaron en la conquista del Imperio Azteca que tan grande haría a España y a su emperador Carlos I. Les hizo ver la magnitud y trascendencia de su empresa a cada uno de ellos.

De aquel suceso ha quedado la expresión por la posteridad de “quemar las naves”, con el significado inequívoco de que no hay vuelta, sólo se puede avanzar no retroceder en las empresas que queremos que triunfen.

El Málaga esta temporada, con futbolistas de perfil medio pero con gran entrega y ambición, hicieron soñar a la afición con la posibilidad de poder clasificarse para el año que viene jugar en Europa. Toda una epopeya para este grupo de jugadores que encontraron en su entrenador, Antonio Tapia, a su “Hernán Cortés” futbolístico. Desde el primer momento confío en ellos y los convirtió en auténticos protagonistas del equipo. Con prudencia, perseverancia y sencillez, los jugadores y la afición comenzaron a creerse que podían aspirar al Imperio Azteca de la UEFA, y no conformarse con los regalos de un Moctezuma que significaba la permanencia. Desgraciadamente les faltó a alguien que quemara las naves e hiciera imposible la mirada atrás. Me refiero más concretamente a los altos mandatarios del club. La quema de la madera significaba renovar al entrenador y a los jugadores claves antes de que se enfrentaran a los diferentes equipos en el último tramo de la liga. El mensaje era sencillo, nuestro objetivo era Europa pero siempre con vosotros.

Hernán Cortés siempre contó con el apoyo del emperador Carlos I, Antonio Tapia sólo contó con una oferta de compromiso cicatera y de disimulo por parte del club.

El Málaga ha finalizado su temporada pidiendo la hora, comentando más las noticias que los intermediarios de los jugadores ofrecen día sí y día también, y dejando en el olvido a su gran general. Triunfó finalmente el conformismo y así no era fácil que pudiera quedarse Antonio Tapia en el club.

Desde hace meses nadie del club ha escrito a Antonio Tapia. Por este motivo, llego yo y me pego el gustazo de hacerlo. “Alea jacta est”, la suerte está echada, gran entrenador, gracias por hacernos grandes soñando.

sábado, 30 de mayo de 2009

Un Barcelona histórico


Triplete es nombre de cantata. De la del triunfo, de la de la alegría. El F.C. Barcelona selló en Roma, su mejor presencia en la historia del fútbol europeo. Nunca antes habíamos conocido las hazañas de un equipo como las del culé. Ser campeón en las tres competiciones más importantes en las que competía no es un tema menor.
Acostumbrados a que el fracaso tiene pocos padres, es de justicia ensalzar a los protagonistas del triunfo. Jugar en equipo es muy difícil en la alta competición, pero la generación actual de jugadores barcelonistas se han divertido jugando y nos han ilusionado a todos, merengues incluidos. El estilete tomó nombre de E´too, la arquitectura de Xavi, el ingenio de Iniesta y la seguridad de Piqué. La fantasía vino de Argentina con Mecí y la velocidad de Brasil con Alves.
No puede entenderse este equipo campeón sin su entrenador, Pep Guardiola. Discreto y correcto en lo público, fue excesivo en su afán en lo futbolístico en lo privado.
Todos los españoles nos sentimos orgullosos de este equipo, seguro que también ellos de España.

Eurovisión


El Festival de Eurovisión es la verbena cateta del viejo continente. Lo que nació con la intención de unir a través de las ondas y las melodías, se ha convertido en una fiesta hortera de nuevo rico.

Dinero, gran cobertura mediática, puestas en escena excesivas, para dar cobijo a las aspirantes del top-manta.

No tiene sentido en estos tiempos, tanto derroche económico y de vulgaridad. No necesitamos a Eurovisión para hacernos una idea de los estonios. De eso se encarga Internet y los viajes de “low-cost”.

El año pasado, Chikilicuatre, se descojono de ellos, cuando todo el mundo le hacía críticas sesudas del fenómeno friki.

En esta última edición, nuestra triunfito Soraya, enfundada en un traje de patinadora, con una felicidad postiza y encantada de haberse conocido, volvió a fracasar. De nuevo tenemos una nueva excusa. Los votos no nos acompañaron pero la solista situó a Televisión Española en el centro de la polémica.

Todos estos dimes y diretes le permitirán a la triunfito pasearse por varios pueblos de nuestro suelo patrio, que no es poco en estos tiempos de estrechura. El déficit de TVE seguirá creciendo, pero sólo nos consuela que la vida laboral de Uribarri seguirá creciendo. O sea.

jueves, 14 de mayo de 2009

El sitio de mi recreo


La poesía se comenzó a llamar maldita con Rimbaud. La belleza se convirtió en los versos del joven poeta francés en modernidad. "Una temporada en el infierno" supuso el reconocimiento de una libertad estrenada que atisbaba el futuro cautiverio al que está destinado todo poeta. La belleza era un valor en sí entre los poetas malditos franceses, superaba los condicionantes vulgares de sus propias vidas. Fue la primer vez, en la que el talento en bruto pudo hacer invisible la vulgaridad de la propia vida del poeta. Interesaban los versos en estado puro y en bruto. Las rimas ensombrecieron a su propio autor. Como diría el gran Umbral, era escribir la propia escritura. La dignidad humana se reconocía en ese vendaval de belleza salvaje. Rimbaud con sus "Iluminaciones" se reencarnó en los primeros años de democracia española. La movida madrileña fue la adolescente que se encontró con una libertad recien estrenada .Esa fiesta libertaria y liberticida en que se convirtió quiso beber de las fuentes del talento. Llegó a pagar el precio de devorar a sus propias criaturas. La droga fue para la movida su incómoda prestamista. Sólo le sobrevivió el talento. La movida, se reconoció en los deseos de belleza y libertad perseguidos por los poetas malditos franceses. Hace dos días falleció Antonio Vega, el cantante maldito. Su talento eclipsó sus excesos. Sus peajes en esta vida fueron muchos. Con todo, nadie podrá recordar una palabra de queja por su parte. Nunca le perdió la cara a la vida. Sus canciones no pueden encerrar más belleza y profundidad. Su dignidad y verdad en su empeño , le valieron el respeto de todos. España tuvo que haber despedido a este poeta de la música con funerales de Estado. Pero estábamos entretenidos en un soporífero "Debate del Estado de la Nación", y claro, daba pereza. "El sitio de mi recreo" es el poema de los noventa. A Dios pedimos que haya regresado al sitio donde nació como recitaba en esa canción. Antonio Vega, descanse en paz.

jueves, 7 de mayo de 2009

El último minuto


La historia en minúscula la escribe una simple pelota. Los valores bursátiles, las cifras de parados, incluso el mismísimo euribor, son meras anécdotas, al lado de lo que representó ayer el minuto 93 en el campo del Chelsea en Londres. Iniesta, jugador del F.C. Barcelona, desaparecido durante todo el encuentro, se hizo mortal con su pierna izquierda y metió un golazo, que suponía el pase de su equipo a la deseada final de la “Champions” en Roma.

El Barsa venía de pasearse el pasado sábado por el campo de Concha Espina. Un Real Madrid en liquidación por cierre de una época, quiso aligerarle la carga al equipo catalán y le cedió de forma prematura una liga española bastante mediocre. Y entonces pensó pasearse también por las calles de Londres, pero no le resultó tan agradable como pensaron.

El último minuto es el verso que siempre ha cerrado el soneto en el Baloncesto. Esta noche ha sido la última frase del relato atrevido que el Barcelona ha ido escribiendo semana a semana durante toda esta temporada.

Las pasiones que generan los acontecimientos deportivos no han sido suficientemente estudiadas. En épocas de crisis, de bonanza, incluso de “apartheid”, el deporte ha ejercido de bote salvavidas para muchas personas. Sin hacer distingos sociales de ningún género, genera un estado de compromiso con los colores y una fe en la victoria, que muchos echamos de menos en otras actividades de la vida.

Posiblemente estos momentos inciertos necesiten más de entrenadores de fútbol valientes que de economistas reservones, que siempre creen en el milagro del último minuto.